miércoles, 12 de septiembre de 2012

Lys Green: En la estacada

"Entonces, ¿qué es lo que recuerdas de esa noche, Mina?"
"Pues bien poco, la verdad, salvo lo que se me quedó grabado de haberlo comentado luego con Lys. Estuvimos hablando un par de horas, ella necesitaba desahogarse con alguien y conectamos muy bien. Me habló de sus hijos, de sus problemas con su ex, del alivio que sentía por haberlo dejado la noche antes con uno que no pintaba nada en su vida... Yo le comenté que tenía una amiga con problemas parecidos a los que había tenido ella y me dio un teléfono de contacto del centro al que había acudido hace años, y me insistió mucho en que sobre todo no la dejara sola, que no la abandonara, y que la convenciera de que se puede salir. Ella terminó desistiendo por falta de apoyo y solo la casualidad hizo que lo consiguiera, pero con algo de ayuda lo habría hecho mucho antes. Luego estuvimos charlando de cosas menos trascendentes. Yo apenas conozco España y me habló de su tierra, de Galicia, de Compostela, me explicó lo que era el Camino de Santiago y la Vía Láctea.
«¿No te suena la historia del robo del Códice Calixtino? Ha salido en todas las noticias. Fue ahí precisamente, en la Catedral de Santiago...». Quedamos en buscarnos por Facebook y así lo hicimos, nos amigamos y mantuvimos el contacto."
"Pero... ¿y el italiano? ¿Cómo es que no lo recuerdas?"
"Bueno, es posible que venga algún italiano por aquí, pero si hablan bien español tampoco los distingo, la verdad. Quizás habló con alguien, pero es que no lo recuerdo. Solo sé que empezó a llegar gente y pensé que era una pena que se marchara, así que la invité a una última copa. Pero tenía que estar demasiado pendiente de los chicos solos, de si se colaban en la planta baja sin pagar o no, no sé... Pero cuando se despidió de mí estaba completamente sola, estoy segura."
"¿Y a la salida? ¿No viste que hubiera nadie con ella?"
"Mmmmm, no, estaba buscando algo en el coche y me dijo que se iba al hotel, no recuerdo a nadie allí. Crucé la calle corriendo y me fui... ¿Quizás tenía que haberme quedado? Ahora me siento mal..."
"No, no, no es eso, no le pasó nada, simplemente que ella habla siempre del italiano con tanto detalle y tan intensamente que me parece increíble que no lo recuerdes... Y durante el viaje a Galicia, ¿no te comentó nada? ¿No habló con nadie por teléfono?"
"Pues no, o yo no me enteraba. Además siempre estaban los niños cerca y procuraba no tener conversaciones privadas delante de ellos. Pero cuando estuvimos solas tampoco me dijo nada, yo tenía problemas con mi novio y me estuvo consolando ella a mí. Creo que si hubiera habido alguien me lo habría dicho."
"¿Tú sabías que iba a locales liberales?"
"Bueno, me dijo que se estaba documentando para escribir un blog y que acababa de descubrir este mundo. Que por un lado el blog le permitía desahogarse y por otro le atraía conocer otras realidades, sobre todo si son tan opuestas a su vida anterior. Esto le fascinaba, no lo entendía pero le atraía, siempre visto desde fuera. Decía que no tenía interés en meterse en serio en ello. Que ni siquiera le gustaba mirar a otras parejas haciéndolo en el local, no le interesaba lo más mínimo, y mucho menos que la miraran. Del blog decía que la entretendría en las noches de invierno. Que su pasión era la lectura pero que hacía meses que no podía leer ni una página de un libro porque tenía problemas para concentrarse. Acababa de descubrir que escribiendo también podía evadirse. Me pareció divertido porque realmente tenía curiosidad y se notaba que le daba mucho corte estar aquí. Ella no entendía cómo podía trabajar en un sitio como este sin ser yo misma liberal; me preguntó si lo que veía aquí no me causaba ningún problema o un conflicto con mi forma de pensar. Es que yo soy muy conservadora y religiosa. ¡Ah! También comentó que había estado en un par de locales más, pero porque era el único lugar al que podía ir en ese momento con la persona con la que salía de vez en cuando, un chico joven. No su amigo con derecho a roce, como decía ella (es que lo de "follamigo" le parecía horrible, y no era exactamente lo mismo). De este decía que era muy raro y muy cerrado, que todo le parecía mal y todo lo criticaba. De todos modos, no me pareció el tipo de mujer que viene a estos sitios a buscar un rollo de una noche."
"Vaya, pues sí que intimasteis, si te contó todas esas cosas... Betty, ¿tú tienes la misma impresión? Yo solo sé lo que cuenta en el blog, la verdad. ¿Cómo fue la noche en que os conocisteis? El día ese que estuvo con el Mequetrefe en el local liberal..."
"Ah, ¿eso sale en el blog? Bueno, yo fui sola por curiosidad y la conocí mientras esperaba para entrar al baño, estaba en la cola y noté que lloraba, así que le pregunté si estaba bien. Creo que solo había ido a llorar porque no aguantaba la tensión con el tipo ese. Pero no habían llegado a hacer nada salvo tomar una copa tras otra. Nada más. ¿Qué es lo que cuenta ella?"
"¿Nada más? Bueno, cuenta que te enrollaste con un tío en la cola del baño, pillina, jejeje. Al principio pensé que había sido ella pero luego desveló que habías sido tú, aunque parece insinuar que a ella le habría gustado tener tu arrojo para ir ahí sola y hacer algo así..."
"¿Pero qué dices? Yo no hice nada tampoco. Y te aseguro que nos estuvimos viendo toda la noche la una a la otra, ni yo ni ellos pasamos de la zona de copas. Y yo no hice nada, no estaba de humor... ¿De verdad dice eso? ¿Seguro que era yo?"
"¿No lo has leído?"
"A ver, Bebe, yo no leo ni el bote de champú, ¿tengo pinta de dedicarme a leer las comeduras de coco de otras personas? ¡Bastante tengo con las mías!"
"No entiendo nada..." Bebe se estaba empezando a poner realmente nerviosa, tenía las pupilas dilatadas y había palidecido. Entonces, ¿era todo fantasía? Es imposible que nadie se pueda inventar algo así... Si quisiera simplemente escribir un relato erótico lo haría de forma más explícita y yendo al grano, sin tanto rodeo, sin tanto sentimentalismo, y no evitaría entrar en detalles que fueran puro morbo o alimento para onanistas insomnes.
"Chicas os tengo que dejar, que entran clientes. Betty, cuidado con esa copa que es de un chico que acaba de bajar al baño, no se la tires con el bolso."
"Tranquila, Bebe, no puedes hacer nada ahora, ¿no? Vamos a divertirnos un rato aquí, ya que estamos. Mañana nos sentamos a hablar de todo esto con Lys a ver qué nos cuenta, ¿vale?"
"Seguramente Mina no lo recuerda porque no le llamó la atención..."
"Claro, además se fue una semana con él a la costa, no puede ser una invención, y tiene fotos de esos días"
"¡Es verdad, las fotos de la costa! Pero espera, en ninguna sale él, que yo recuerde... Solo el mar, esos cielos espectaculares por culpa del incendio, y alguna foto que se hizo a sí misma en la playa o por la noche en el pueblo, pero siempre está sola. ¿No te parece muy raro?"
"Bueno, no estés paranoica. A mucha gente no le gusta que le hagan fotos, y las que tiene Lys son la mayoría del día y medio que él tuvo que ausentarse por trabajo y se entretuvo haciendo fotos con el móvil, nada más. Estando él seguro que tenía cosas mejores que hacer, jajaja"
"Perdona, ¿me pasas mi copa?"
Betty se giró y se encontró con un hermoso rostro de piel brillante y morena, melena larga y rizada, rasgos marcados, muy raciales... Casi se atraganta. Bebe no pudo dejar de pensar en cómo era posible que a Betty siempre le pasaran estas cosas. Tenía un imán para los chicos, aunque no los buscara. Ella, en cambio, siempre había sido el bicho raro, la de las aficiones extrañas, la soñadora, la introvertida, la fantasiosa. Siempre tenía la impresión de estorbar, de parecer la hermana pequeña de alguien o de haberse colado en una fiesta a la que nadie la había invitado. Estaba llena de complejos, odiaba ser el foco de todas las miradas, iba con la cara lavada y el pelo recogido en una cola de caballo. Disimulaba todo lo que podía sus atributos femeninos con blusas amplias, vaqueros anchos y zapatillas deportivas. Era cordial pero nunca daba el primer paso; era desconfiada y se ponía a la defensiva a la más mínima insinuación. Le desagradaba el exceso de confianza.
"¿Y Betty?"
"Ahí está, charlando con esos dos chicos"
"Son guapos, ¿eh?"
"Sí, y muy jóvenes. Pero déjala, estaba como una fiera enjaulada en casa, ya sabes que no se pueden poner puertas al mar. Hoy había quedado con un chico, A, pero en el último momento le dio plantón y si no me la hubiera traído conmigo no sé cómo habría acabado. A veces me da miedo dejarla sola, que haga alguna locura, que alguien le quiera robar su libertad, o que le hagan daño. Pero siempre tiene suerte. Hasta que un día se dé cuenta de que toda esa pasión es efímera y que no ha establecido ningún vínculo con nadie. Yo creo que en el fondo se siente muy sola. Sin embargo yo sí busco a alguien que me quiera y a quien querer. Alguien sencillo, que me acepte como soy. Que se deje querer. No pido más."

"¡Ni menos! Eso es lo que quieren todos, Betty también, pero no soporta estar en un impás, necesita disfrutar de esta libertad a tope. Quizás encuentre a alguien que aún así se atreva a pedirle que frene, que ya no tiene que devorar la vida como si fuera su último minuto, que se quede con él porque él la querrá, y que disfrute de saborear cada minuto, sin ansia, sin angustia. Alguien que la llene."

"Eso es lo que tenía Lys... O lo que creía que tenía. Y mira cómo le ha ido. Ni siquiera se ha atrevido a decirle que no puede seguir su ritmo, o que todo esto es demasiado para él. Ella podría entenderlo, le dolería, pero lo entendería. Qué remedio. Le dijo que se temía lo peor. Y él le contestó
«No temas.»
 Solo por eso sigue esperando más o menos pacientemente que él vuelva y se lo diga. No para echárselo en cara, no hay nada que echarle en cara. Ella sufre pero lo peor es que él siga en silencio, que sus únicos dos mensajes sean tan ambiguos:
«Me afectan tus problemas como si me pasaran a mí», «Necesito darme un tiempo»
  ¿Y ella qué? ¿Ya está? También tiene un corazón, no es de hierro, no aguanta todo. En realidad es muy frágil y le cuesta mucho ser fuerte por los demás. Nadie dijo que la vida fuera un camino de rosas. Es como el anuncio del perro en la gasolinera. Ella nunca le abandonaría a él así y es incapaz de asimilar que alguien sea capaz de hacerlo, y menos alguien a quién ella tenía en un pedestal. Necesita solo unas palabras de él para empezar a aceptarlo y poder mirar adelante. Creo que ahora entiendo a esas personas que pierden a un ser querido y no descansan hasta que lo encuentran y pueden por fin enterrar sus restos y comenzar su duelo. Es lo que necesita ella, la prueba fehaciente, su compulsa, porque la certeza ya la tiene. Necesita poder enterrar este amor que de alguna manera ha muerto. O que asusta, pero que hay que enterrar en todo caso... Siempre dice que no quiere cargar a nadie con sus problemas, que son suyos y tiene que solucionarlos ella. Que eso la hace más fuerte. Él solo tenía que quererla. Eso también le da energía para vivir y sonreír a pesar de todo. Pero la ha dejado en la estacada, en el peor momento, en lo más crudo de su guerra. Imagínate lo que sentirías si te durmieras una noche en brazos de la persona con la que crees que vas a compartir tu vida y te despertaras a la mañana siguiente, sola, en la habitación de un hotel, y todas sus cosas hubieran desaparecido, como si todo hubiera sido un sueño, sin saber adónde ha ido ni por qué, sin una triste nota de despedida sobre la almohada. Se siente abandonada sin haber hecho nada siquiera para merecer este silencio. Por eso le resulta tan doloroso. Tampoco entiende que no haya acudido a ella si lo que le pasa es que está mal. Lo de la distancia también es un problema. Esta es solo la gota que colma el vaso. Es un milagro que no se haya vuelto loca con todo lo que ha pasado estos últimos meses."

"Es increíble que en todo este tiempo no me haya hablado de él... No lo entiendo". Cada loco con su tema.
"Yo tampoco. Vaya, mira a Betty, decía que no estaba de humor para nada pero ya está arrastrando a esos dos pobres muchachos a su mundo. ¿Es que esta mujer no para?"
"¡Ja, ja, ja! Déjala que se desfogue, este es su momento para hacer locuras."
"¡Chicas, me voy con estos dos chicos al xxx, para que lo conozcan! Mina, ¿crees que nos dejarán entrar a los tres? Seguramente costará más pero nos dejarán, ¿no?"
"Betty, no hagas eso."
"¿Que no haga qué, Mina? ¿Ir con dos chicos? Tranquila, no me los llevo a mi casa ni nada parecido, solo vamos a que vean el local, no digo que quiera hacer nada con ellos, son demasiado jóvenes, al menos el alto, se llama J... Son muy agradables y divertidos, me hace mucha gracia hacer de cicerone, ¡como si yo supiera tanto de esto! Ja, ja, ja... Solo quiero reírme y pasarlo bien esta noche, hacer locuras, no tengo que rendir cuentas a nadie, ¿sabes? ¡No seas tan rígida con todo, chica, disfruta un poco más de la vida!"
"Bebe, déjala. Míralos, ¡pobres chicos! Creo que los que están más nerviosos son ellos, jajajaj, me parece que Betty se vale bastante bien ella sola... Tranquila"
"Bueno, nos vemos mañana en casa de Lys, ¿vale? ¡¡¡¡Ciaaaaaao!!!!"
"Bebe..."
"Dime, Mina."
"¿Cómo sabes todo eso? ¿Cómo sabes lo que piensa o lo que siente Lys?"
"Porque a mí también me pasó. Hace veintiún veranos. En todo ese tiempo, el dolor se había enquistado en lo más profundo de mi ser, no entiendo por qué pero de alguna forma seguía ahí. Como el que sigue esperando recuperar el cuerpo de un ser querido. Comprobar que no le queda un hálito de vida. Porque nunca me dijo nada, porque nunca dio la cara, porque nunca me dijo sencillamente que ya no íbamos a seguir juntos. Si solo me hubiera dicho eso, me habría dolido pero habría podido pasar página. Hasta este verano, cuando nos volvimos a ver y salió el tema, no pude cerrar por fin ese capítulo. Y ahora estoy en paz conmigo misma y supe que había estado sufriendo por nada. ¿Sabes qué es lo peor?"
"¿Qué?"
"Que me di cuenta de que había sufrido por la persona equivocada."

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